lunes, 20 de mayo de 2013

De la Obra "Para Ti"


¡UNA VEZ... NADA MAS!...
(Meditación)

Una vez nada más se entrega el alma
Con la dulce y feliz renunciación
Del que todo lo da y nada espera
¡Sino sólo el Amor!
Una vez nada más se abre en el alma
La flor divina del Eterno Ideal,
Que le dice al oído suavemente,
¡Ya nunca... nunca volverás atrás!
Y florecen entonces los rosales
En un glorioso amanecer de sol...
Y en el místico huerto las campanas
Tocan a fiesta para el corazón!...
Y se encienden las lámparas votivas
Que ningún vendaval puede apagar...
Encendiólas el alma al entregarse
¡Una vez, nada más!...
¿Por qué el alma se entrega en holocausto
Con la dulce y feliz renunciación
Del que todo lo da y nada espera
Sino sólo el Amor?
Porque un día sintió que la subían
Más allá de los velos del azul
Donde todo lo efímero se apaga
Entre el incendio de la Eterna Luz.
¡Porque un día escuchó las melodías
De una voz que en la Tierra nunca oyó!
Más dulce que el cantar de las alondras
Mucho más que el cantar del ruiseñor!...
Y esa voz, en silencio tan profundo
Cual si nada existiera junto a sí
Desgranó como perlas sus palabras:
"El ideal que tú buscas está en Mí!"
"Soy la estrella polar para tu senda,
Soy fresco manantial para tu sed...
Soy saciedad de la esperanza tuya
Y eterna realidad para tu fe!"
Y el Cristo del Amor y la Esperanza
Con sus brazos abiertos esperó,
Que aquella alma feliz que le buscaba
Se entregara en total renunciación!
No comprenden los hombres la vehemencia
Del alma que escuchó tal vibración
De ese Amor Soberano que la arrastra
Hacia una inmolación.
No comprenden los hombres que es "más fuerte"
El Amor que la muerte!... ¡Mucho más!
¡Que no todas las almas han llegado
A la santa locura del Ideal!...
Les da vértigo el vuelo de las águilas,
Les asusta el afán de un más allá...
¡Es feliz la torcaza con su nido!...
¡Es feliz el e o cuyo en el rosal!...
¿No era Teresa de Jesús dichosa
En el claustro feliz de su niñez,
Entre los brazos de su amante padre
Unido a ella por la misma fe?...
Y aquel Juan de la Cruz ¿no era dichoso
En el hogar tranquilo en que nació?
¿Por qué se aventuraron a lo incierto,
Y al oprobio, a la cárcel y al dolor?...
Los mártires de Cristo hablan muy alto
En los archivos del Eterno Amor;
Mas no todas las almas han llegado
A la heroica y total renunciación!
¿Por qué Elías Profeta bajó al llano
Y enfrentó con Acab y Jezabel?
¿Qué le faltaba en el retiro austero
De su vida de estudio en Israel?...
¿Por qué Juan el Bautista ha descendido
De las áridas cumbres de Moab;
Y su palabra, llamarada ardiente,
Prende fuego en los bosques del Jordán?
¿Y por qué Juana de Arco, pastorcilla,
Dejó el rebaño y se lanzó a la lid,
Arrastrándolo todo, honra y vida,
Hasta la hoguera donde fue a morir?
¡Oh!... No entienden los hombres la vehemencia
Del alma que escuchó la vibración
De ese Amor Soberano que la arrastra
Hacia una inmolación.
Los caminos de Dios son muy secretos
Como es inescrutable su pensar...
¿Qué sabemos nosotros, gusanillos
Del giro eterno de Su Voluntad?...
¡Alma ansiosa de amor y de holocausto
En los altares del Supremo Bien...
Tú escuchaste la voz que oyeron todos
Los mártires gloriosos de la Fe!
¡Y el Hombre-Dios de los amores grandes
Con sus brazos abiertos esperó
Que tu alma feliz que le buscaba
Se entregara en total renunciación!...
El Hombre-Dios, el Visionario Eterno,
Con sus voces sin ruido te dirá
Que a su amor te entregaste para siempre
¡Una vez, nada más!

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