Facsímile de la portada de la primera Edición - Año 1949
Autora Doña Josefa Rosalía Luque Álvarez
(Hilarión de Monte Nebo - Mentor Espiritual)
Inútil parecería un nuevo relato biográfico del gran Maestro Nazareno, después que durante diecinueve siglos se han escrito tantos y aún siguen escribiéndose sin interrupción.
Mas, Jesús de Nazareth, encarnación del Cristo, no es propiedad exclusiva de ninguna tendencia ideológica, sino que nos pertenece a todos los que le reconocemos como al Mensajero de la Verdad Eterna.
El amor que irradió en torno suyo el genial soñador con la fraternidad humana, le creó un vasto círculo de amadores fervientes, de perseverantes discípulos, que siglo tras siglo han aportado el valioso concurso de sus investigaciones, de su interpretación basada en una lógica austera, y finalmente, de las internas visiones de sus almas más o menos capaces de comprender la gran personalidad del Enviado por la Eterna Ley, como Instructor y Guía de la humanidad terrestre.
Yo, como uno de tantos, aporto también mi vaso de agua al claro manantial de una vida excelsa, de la cual tanto se ha escrito y sobre la cual hubo en todos los tiempos, tan grandes divergencias, que las inteligencias observadoras y analíticas, han acabado por preguntarse a sí mismas: "¿Es real, o mitológico, un personaje del cual se han pintado tan diferentes cuadros?"
El hecho de haber muerto ajusticiado sobre un madero en cruz a causa de su doctrina, no justifica por sí solo la exaltación sobrehumana, la triunfante grandeza del Profeta Nazareno. ¡Hubo tantos mártires de la incomprensión humana inmolados en aras de sus ideales científicos, morales o sicológicos! La historia de la humanidad solamente en la época denominada Civilización Adámica, es una cadena no interrumpida de víctimas del Ideal; un martirologio tan abundante y nutrido, que el espectador no sabe de que asombrarse más, si de la tenaz perseverancia de los héroes, o de la odiosa crueldad de los verdugos.
La grandeza del Maestro Nazareno, no está, pues, fundamentada tan solo en su martirio, sino en su vida toda, que fue un exponente grandioso de su doctrina conductora de humanidades, doctrina que Él cimentó en dos columnas de granito: La paternidad de Dios y la hermandad de todos los hombres.
Toda su vida fue un vivo reflejo de estas dos ideas madres, en que basó toda su enseñanza por la convicción profunda que le asistía, de que solo ellas pueden llevar las humanidades a su perfección y a su dicha. Sentir a Dios como Padre, es amarle sobre todas las cosas. Sentirnos hermanos de todos los hombres, sería traer el cielo a la tierra.
Veinte años de ansiosa búsqueda en la vasta documentación, crónicas y relatos del siglo primero, salvados de la proscripción ordenada más tarde por el emperador Diocleciano, y de perseverantes investigaciones por la Palestina, Siria, Grecia, Alejandría, Damasco, Antioquía y Asia Menor, nos permiten ofrecer hoy a los buscadores de la Verdad, en lo que se refiere a la augusta personalidad de Cristo, este relato cuyo titulo: "Arpas Eternas" induce al lector a la idea de que estas excelsas vidas... vidas geniales, son las arpas eternas en que cantan los mundos la grandeza infinita de la Causa Suprema.
No podemos callar aquí, la colaboración de los antiguos archivos Esenios de Moab y del Líbano, y de las Escuelas de Sabiduría fundadas por los tres ilustres sabios del Oriente: Gaspar, Melchor y Baltasar, las cuales existen aun en el Monte Sullimán, cerca de Singapur (India), en las montañas vecinas a Persépolis (Persia) y en el Monte Sinaí (Arabia).
Tampoco podemos olvidar a la bravía raza Tuaregs, perdida entre los peñascales del Desierto de Sahara, cuyos viejos relatos sobre el Genio Bueno del Jordán, como llamaron al Profeta Nazareno, han dado vivos reflejos de sol, a determinados pasajes de nuestra histórica relación.
En especial, está escrito este libro, para los discípulos del Hombre-Luz, del Hombre-Amor. Y a ellos les digo, que no es este un nuevo paladín que baja a la arena con armas de combate. Es un heraldo de paz, de unión y de concordia, entre todos los discípulos de Jesús de Nazareth, sean de cualquiera de las tendencias en que se ha dividido la fe de los pueblos.
Creemos, que el reconocer y practicar su enseñanza como una elocuente emanación de la Divinidad, es la mas hermosa ofrenda de amor que podemos presentarle sus admiradores y amigos, unidos por el vínculo incorruptible de su genial pensamiento: "DIOS ES NUESTRO PADRE: TODOS LOS HOMBRES SOMOS HERMANOS".
Los amantes del Cristo en la personalidad de Jesús de Nazareth, encontrarán sin duda en este modesto trabajo, al Jesús que habían vislumbrado en sus meditaciones; al gran espíritu símbolo de la más perfecta belleza moral: reflector clarísimo del Bien, practicado con absoluto desinterés.
¡Son así las estrellas de primera magnitud, que derraman sus claridades sin pedir nada a aquellos cuyos caminos alumbran, sino que labren su propia dicha futura!
Y al tender hacia todos los horizontes, la oliva de paz, simbolizada en este nuevo relato de su vida, digo desde lo más íntimo de mi alma:
Amigos de Jesús: os entrego con amor, el esfuerzo de veinte años, que presenta a vuestra contemplación, la más fiel imagen del Cristo de vuestros sueños, que nos es posible obtener a nosotros, pequeñas luciérnagas errantes en la inmensidad de los mundos infinitos.
************
Facsímile de la portada de la primera Edición - Año 1958
Autora Doña Josefa Rosalía Luque Álvarez
(Estela de Paz)
************
Facsímile de la portada de la primera Edición - Año 1959
Autora Doña Josefa Rosalía Luque Álvarez
(Sisedón de Trohade - Mentor Espiritual)
************
Facsímile de la portada de la primera Edición - Año 1966
Autora Doña Josefa Rosalía Luque Álvarez
(Hilarión de Monte Nebo - Mentor Espiritual)
************
Facsímile de la portada de la primera Edición - Año 1987
Autora Doña Josefa Rosalía Luque Álvarez
(Hilarión de Monte Nebo - Mentor Espiritual)
Leer estas páginas luminosas requiere prepararse especialmente, procurando purificar el corazón de toda destemplanza y elevando el alma con unción y fe.
No en vano, la autora tuvo el privilegio bien ganado por cierto de beber en las aguas transparentes y sagradas de lo sublime, de extasiarse en visiones portentosas, y de expresarse con una voz inmortal que es canto, deliquio, mensaje y cadencia redentora.
Josefa Rosalía Luque Álvarez fue dueña de un singular don poético y gracias a Dios, su estro no murió con ella, creció en el recuerdo de cuantos leyeron sus escritos, colmados de enseñanzas excelsas.
Su figura se agigantó cada vez más en el transcurso de los años, hermanada con el genio de otros seres imponentes por su decir sincero y su enseñanza inmortal.
Paráfrasis del Kempis (La Imitación de Cristo) no es un mero ejercicio literario. Por lo contrario, inviste sonoridad, magisterio, trascendencia, e incluso originalidad, y nos permite sondear en los abismos azules de la Deidad y cobrar luego inusitadas fuerzas para seguir, paso a paso, una nueva senda de aproximaciones místicas.
Por ello, Josefa Rosalía Luque Álvarez también autora del Huerto Escondido, logra hacer hablar a Cristo con estas dulces palabras de consuelo:
"No andas en las sombras si mis pasos sigues
Y las tinieblas huirán de ti,
Y mi lumbre de vida en tu camino
Te seguirá hasta el fin..."
************
Facsímile de la portada de la primera Edición - Año 1961
Autora Doña Josefa Rosalía Luque Álvarez
(Hilarión de Monte Nebo - Mentor Espiritual)
ESENIOS, APÓSTOLES Y AMIGOS
"Buscamos a nuestros Hermanos en la Fe de Cristo,
que reclaman el abrazo de los que tuvieron la dicha
de conocerle y escuchar la doctrina que hace hermanos..."
************
Facsímile de la portada de la primera Edición - Año 1994
Autora Doña Josefa Rosalía Luque Álvarez
(Hilarión de Monte Nebo - Mentor Espiritual)